La salida comenzó en la estación de FEVE de Santander, llegando a Cabezón de la Sal, donde comenzamos la marcha.
Primero atravesamos los pueblos de Vernejo y Ontoria, ambos del municipio de Cabezón, antes de iniciar la larga pero tendida subida a la ermita de las Nieves, dominante sobre todo el Valle de Cabezón.
Mientras cogía resuello en plena cuesta camino a la ermita de la Nieves, capté esta expectacular panorámica del valle.
La foto muestra como Fernando (nuestro guía), al llegar al alto, nos explica lo que desde allí se veía. Que por cierto era mucho y variado.
En esta instantánea se ve la fallada principal de la ermita de las Nieves. Enclavada en un paraje de suaves colinas compuestas de prados y eucaliptales.
Luego descendimos a Casar de Periedo, para después seguir por La Busta y Lloredo, pueblos ambos de Alfoz de Lloredo, hasta el cercano pueblo de San Pedro de Rudaguera, donde comimos un cocido montañés como despedida del año.
Después de una tranquila y amena sobremesa, cogimos el tren de vuelta en la misma estación de San Pedro, a escasos metros del restaurante. Esta ruta, desde Cabezón de la Sal hasta San Pedro de Rudaguera, sumó unos 13 kilómetros, pasando por los pueblos, lo que nos permitió apreciar su entorno de gran belleza, su arquitectura y la vida cotidiana de sus gentes.
La próxima salida será en enero donde conoceremos otros entornos rurales .
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