Calculado recientemente
por Greenpeace en su informe "Alimentos bajo amenaza" el valor económico de la labor de
polinización de las abejas podría estar en torno a los 265.000 millones de
euros anuales en todo el mundo, 22.000 millones para Europa y más de 2.400
millones de euros para España, Varios centenares de
cultivos (manzanas, cerezas, almendras, fresas, melones, tomates, calabacines,
girasoles, por citar algunos de los más habituales) dependen de la polinización
por abejas y otros insectos.
Por tanto,
incluso mirándolo desde un punto de vista meramente económico, trae cuenta
proteger a las abejas y a los demás insectos polinizadores.
Además
los polinizadores tienen un papel fundamental en el funcionamiento de los
ecosistemas terrestres. A
nivel global, se estima que más de un 80% de las plantas que producen flores
son polinizadas por animales. Siendo las abejas las más importantes al representar entre
el 80-90% de la misma.
El ácaro de la varroa llegó a España
en la década de los 80, produce la muerte de cualquier colonia de abejas que no
se trate con un acaricida en menos de 12 meses, esto unido a los plaguicidas, provoca
que la abeja en estado silvestre esté prácticamente extinguida. Por lo tanto las
abejas en España, Europa, EEUU,... dependen para su subsistencia de los
apicultores.
En el caso de Cantabria
está provocada por
problemas tan graves como:
1.-
Gran dificultad para instalar colmenares en condiciones de legalidad, debido a
la incoherente y restrictiva legislación actual en Cantabria.
2.- Recortes en las ayudas al sector.
3.- Dejar sin financiación a la ADSG
apícola.
4.- La aplicación de normas y decretos
que influyen en la apicultura que no tienen en
cuenta las peculiaridades de Cantabria, la realidad ni las necesidades
del sector. Que demuestra una falta de empatía por este sector
5.-
Vespa velutina o avispa asiática. Por la lentitud y desgana de la Consejería de
Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural para
poner en marcha la estrategia regional para su control y posible erradicación.
6.- Desde el año 2011 no
se pagan las indemnizaciones por los daños ocasionados por el oso pardo en
colmenares situados en las comarcas de Campoo-Los Valles, Liébana y Polaciones.
7.-
En el sur de la región cada vez hay una mayor incursión de grandes apicultores
trashumantes venidos del resto de España, que están dificultando el desarrollo
de la apicultura a los apicultores de la región.
8.-
Media de edad muy alta y poco relevo generacional.
Provocando todo ello que cada año los apicultores cántabros lo tengan más
difícil para desarrollar su actividad, lo que se está traduciendo en un
desánimo generalizado que conlleva a un descenso en el nº de explotaciones y
colmenas. Como lo demuestran los
siguientes datos:
-
Evolución
del número de explotaciones apícolas en Cantabria en el periodo 2008-2014
(datos REGA actualizados a 01/05/ del 2014)
Cantabria: 452
361 380 383
245 264 264
-
Evolución
del censo de colmenas en Cantabria en el
periodo 2008-2014 (datos REGA actualizados a 01/05/ del 2014)
Cantabria
12.342-17.088-16.193-12.616-11.891-11.156- 9.483-10.671-10.627
·
Facilitar el desarrollo de la apicultura tradicional
a los apicultores locales.
·
Que se consensue y tengan en cuenta a
los apicultores a la hora de la aplicación de las normas y decretos que
influyan en la apicultura.
·
Aumentar las ayudas al sector
·
Desarrollo de la estrategia para el control de la Vespa velutina, con la dotación
presupuestaria que haga posible su desarrollo.
·
Medidas para el control de otros problemas
sanitarios. Con la puesta en marcha otra vez de la ADSG apícola.
·
Que se paguen los daños producidos por
el oso de forma rápida y justa.
Además que
las medidas preventivas que adopten para evitar el ataque de los osos a los
colmenares, les supongan un coste cero a los apicultores.
·
Fomentar la incorporación de jóvenes.
·
Profesionalizar mediante la realización de cursos,
conferencias y ferias.
·
Acciones de divulgación y educación de la sociedad
sobre la importancia de la polinización.
·
Elaborar mapas en los que se señalen las zonas donde
faltan colmenas, para en ellas incentivar el desarrollo de la apicultura local
y regional y en las que hay una concentración excesiva para regularla.
El modelo de
apicultura que se desarrolla en Cantabria garantiza a través de la polinización
de sus abejas la conservación de la biodiversidad de nuestros montes y una gran
parte de la producción agro-ganadera de la región.
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