Este primer artículo lo van a conformar las características del embalse, su historia y el impacto que supuso para la comarca de Campoo.
- Características del Pantano del Ebro:
El embalse está situado en el límite de Cantabria con Burgos (Castilla y León).
Panorámica del pantano desde Retortillo. Al fondo se ve el puente que comunica al pueblo de Horna.
Empieza en el pueblo de Requejo, a poco más de 5 kilómetros del nacimiento del río Ebro en Fontibre.
Su superficie es de 6.253 hectáreas, con una capacidad de embalse de 541 millones de metros cúbicos (hm3).
Tipo de pantano: gravedad.
La presa está situada en el pueblo de Arroyo, es de planta curva, tiene una altura de 30 metros y una longitud de 250 metros. Para su construcción se emplearon 60.000 metros cúbicos de hormigón.
Agua embalsada a fecha actual: 355 hm3 (65.62%).
Media de agua embalsada en 2007: 290 hm3 (53.60%).
Agua embalsada de media en los últimos 9 años: 374 hm3 (69.28%).
Caballos refrescándose en el agua en Horna.
- Su historia:
El Ingeniero D. Manuel Lorenzo Pardo llevaba años acariciando un proyecto para suplementar el caudal del Ebro durante las mermas del estío y beneficiar así el regadío riojano y aragonés. Por lo que en 1913 presentó un proyecto que fue publicado en 1916, que propone un embalse en la cabecera del Ebro de 60 km2.
Después de muchas controversias las obras se iniciaron en 1928, con un parón en los años de la Guerra Civil y se concluyeron en 1947.
Las aguas comenzaron a embalsarse en 1948, y el pantano fue inaugurado oficialmente el 6 de agosto de 1952 por Francisco Franco.
- Impacto en la comarca:
Se expropiaron 6.200 hectáreas de terreno y 433 viviendas quedaron inundadas. Aproximadamente 1876 personas tuvieron que emigrar.
Quedaron completamente inundados los pueblos de Medianedo, La Magdalena, Quintanilla y Quintanilla de Bustamante y afectados en mayor o menor medida, Las Rozas, Renedo, Villanueva, Llano, Orzales, Arija, Quintanamanil y La Población.
Quedaron completamente inundados los pueblos de Medianedo, La Magdalena, Quintanilla y Quintanilla de Bustamante y afectados en mayor o menor medida, Las Rozas, Renedo, Villanueva, Llano, Orzales, Arija, Quintanamanil y La Población.
Quedó anegado todo un fondo de valle muy fértil en el que se daban distintos cultivos y que mantenía a una importante cabaña de ganado vacuno y caballar.
Caballos pastando en Corconte, con el pantano al fondo.
http://www.arija.org/es/index.php?title=Categor%EDa:Pantano_del_Ebro
También desaparecieron bajo las aguas algunas de las mejores expectativas económicas del valle, su industria. Se perdieron cerca de 3.000 empleos industriales (mil de ellos directos) con el cierre de las fábricas de vidrio y con la restricción de las explotaciones mineras de la cuenca carbonífera y de los aprovechamientos de arenas.
Como contraprestación a tal sacrificio, se ofrecieron unos exiguos, tardíos y mal pagados 60 millones de pesetas en indemnizaciones, estos pagos se efectuaron en algunos casos utilizando valoraciones de la época del proyecto y se dilataron hasta finales de los años 50. Así mismo se olvidaron de las promesas de indemnización, construcción de infraestructuras de comunicación y alternativas económicas a la población.
Como contraprestación a tal sacrificio, se ofrecieron unos exiguos, tardíos y mal pagados 60 millones de pesetas en indemnizaciones, estos pagos se efectuaron en algunos casos utilizando valoraciones de la época del proyecto y se dilataron hasta finales de los años 50. Así mismo se olvidaron de las promesas de indemnización, construcción de infraestructuras de comunicación y alternativas económicas a la población.
A medio plazo, efectos como el paro y su más inmediata consecuencia, el éxodo, afectaron a los ayuntamientos ribereños.
El impacto del pantano no sólo fue económico y social, sino que también produjo un cambio microclimático con la aparición de densas brumas.
Para realizar este artículo he utilizado las siguientes fuentes, donde además podéis ampliar la información:
http://www.arija.org/es/index.php?title=Categor%EDa:Pantano_del_Ebro
Cuadernos de Campoo Nº 6. Diciembre 1996.
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