Se puede acceder a este municipio a través del Desfiladero de la Hermida, el Puerto de Piedrasluengas o el Puerto de San Glorio. Por los dos primeros tenemos que llegar a Potes y una vez allí coger dirección León por el Puerto de San Glorio (N-621) hasta llegar a La Vega de Liébana, la capital, que dista 124 Km. de Santander.
Este municipio es un lugar de ensueño, con los Picos de Europa y sus cumbres que en ocasiones superan los dos mil metros de altitud y frondosos bosques donde se refugian especies en peligro de extinción como el urogallo y el oso pardo y otras como corzos, venados, águilas reales, zorros, …
Para informaros sobre esta zona consultar las siguientes páginas:
http://www.ayto-vegadeliebana.com/historia-vega-de-liebana.php
http://www.cantabria102municipios.com/liebana/vega_liebana/descripcion_general.htm http://www.cantabriajoven.com/vegadeliebana/index.html
Hablando de osos, un vecino de Bárago, nos comentó que en la actualidad hay unos 12 osos por la zona y que de vez en cuando se pasean por los pueblos y hacen algún estropicio en los muchos colmenares que existen en la zona.
Lo atraviesa el río Quiviesa y su afluente, el río Frío, además de numerosos arroyuelos. Pero la naturaleza no es el único patrimonio de Vega de Liébana, ya que este municipio posee bonitas iglesias, algunas de las cuales conservan algún resto románico. Sus construcciones civiles son fundamentalmente rústicas y montañesas, aunque sobresale alguna casona blasonada, como la de los Colmenares, en Valmeo. Hace unos años Dobres y su barrio de Cucayo fueron declarados Conjunto Histórico Rural por su impecable conservación de los modos de vida tradicionales y del entorno natural.
Iglesia de Vega, la capital. Es la más moderna que conozco en un pueblo, es de la década de los años 50.
Molino de Vega, en el que se aprecia un amplio canal de abastecimiento de agua para poder mover las ruedas de moler.
Sus 133,2 km2 de superficie comprenden 17 núcleos de población: Bárago, Barrio, Bores, Campollo, Dobarganes, Dobres (con su barrio de Cucayo), Enterrías, Ledantes, Pollayo, Tollo, Toranzo, Tudes, Vada, Valmeo, Vejo, Villaverde y La Vega. Con una población de 946 personas y una economía que presenta en la actualidad un equilibrio entre el sector primario y el terciario, ya que, antiguamente la principal fuente de ingresos era la ganadería y agricultura, el turismo ha tomado gran importancia en los últimos años.
Dobres y Cucayo están rodeados de montañas y su única salida natural es el curso del Río Frío. Por el
antiguo camino de Las Retuertas (que según un vecino era tan malo que casi se iba mejor por el río), hasta que en los años 50 fue sustituido por una carretera de complicado trazado, en la que hay que atravesar dos túneles horadados sobre la roca caliza.
Panorámica de los túneles, como véis es expectacular. Esta era una de las vistas desde la habitación de la Posada de Cucayo.
Desde aquí arranca el camino que conduce a los Puertos de Pineda, zona de pastos estivales.
Vista de Cucayo, el camino de la derecha es el que sube a los puertos.
Iglesia de Cucayo, donde se aprecia la belleza del lugar.
Nosotros nos quedamos en la Posada de Cucayo, donde Tina y Ana nos trataron de maravilla y además junto con su madre nos dieron mucha información sobre las tradiciones de esta zona.
Vistas de la posada.
Si visitáis esta zona yo os recomendaría este sitio, ya veréis como os gusta.
Rincón etnográfico dentro de la posada con aperos agrícolas.
Detalle de las vistas desde nuestra habitación. ¿Qué os parece?.
Para más información sobre esta posada consultar la siguiente página:
http://www.cantabriarural.com/esp/turismo-rural-cantabria/alojamientos/posadas/la-posada-de-cucayo/4211-8-128-22-esp.html
Otro pueblo muy bonito es Vejo, que se encuentra a mitad de la subida del Puerto de San Glorio.
Arquiectura tradicional en el pueblo de Vejo.
Pilón y lavadero en Vejo.
Panorámica del pueblo de Vejo.
Casi en el alto del Puerto de San Glorio (1602 m. de altitud), se encuentra el mirador de la cierva, con estas expectaculares vistas.
Este viaje dio más de si, pero eso, para otro día.
Ya me contaréis si os ha gustado cuando lo visitéis o si ya lo conocéis me podéis decir si tengo razón en lo expuesto.
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