El pasado día 17 de febrero falleció Cándido de Cos García a los 88 años. Este artículo pretende ser un humilde pero sentido homenaje.
Foto tomada en agosto del 2007 en el "colgaizo" de su casa y con su inseparable boina.
Era tío de mi madre, aunque para mí lo era también mío y como tal lo sentía y lo traté.
Hombre parco en palabras, poco dado a expresar sentimientos, servicial y de buen corazón. Vivió toda su vida en el pueblo de Abiada perteneciente al Ayuntamiento de Campoo de Suso en Cantabria. Dedicado al trabajo del campo, pero con letras mayúsculas, ya que tuvo e hizo de todo en el pueblo: vacas, burra/o, perros (el mejor “chicu”), cabras, cerdos, gallinas, conejos y abejas; hacía cestos, escriños, cachabas, escobas de brezo, trabajos de madera (rastrillos, colmenas, cucharas, cebillas, cascanueces, …), arreglaba tejados, hacia de matarife de chones (cerdos), … Pero sobre todo destacó, por lo menos para los que tuvimos la suerte de probarlo, en la elaboración de un queso de nata mezcla de vaca y cabra. El cual untado en una rebanada de pan de pueblo con miel de brezo de sus colmenas era un manjar.
Hombre parco en palabras, poco dado a expresar sentimientos, servicial y de buen corazón. Vivió toda su vida en el pueblo de Abiada perteneciente al Ayuntamiento de Campoo de Suso en Cantabria. Dedicado al trabajo del campo, pero con letras mayúsculas, ya que tuvo e hizo de todo en el pueblo: vacas, burra/o, perros (el mejor “chicu”), cabras, cerdos, gallinas, conejos y abejas; hacía cestos, escriños, cachabas, escobas de brezo, trabajos de madera (rastrillos, colmenas, cucharas, cebillas, cascanueces, …), arreglaba tejados, hacia de matarife de chones (cerdos), … Pero sobre todo destacó, por lo menos para los que tuvimos la suerte de probarlo, en la elaboración de un queso de nata mezcla de vaca y cabra. El cual untado en una rebanada de pan de pueblo con miel de brezo de sus colmenas era un manjar.
Cesto hecho de salcera. Era muy mañoso y en los largos inviernos junto a la lumbre se entretenía haciendo cestos, cucharas de boj.
También hacía cebillas de miniatura.
Las de verdad servían en antaño para atar a las vacas a los pesebres.
Otra cosa que se le daba bien eran las cachabas, las cuales eran muy solicitadas. Los cestos también los hacía de tiras de plástico de embalaje.
Gracias a él puedo decir muy orgulloso que he sido “partícipe” de la vida rural tradicional, cuando le ayudaba junto a mis padres a meter la hierba con el carro y la pareja de vacas (una de ellas se llamaba Artillera), a ordeñar (alguna vez a mano), a la matanza del cerdo, a catar los dujos y colar la miel, a ir a por el adra al monte, a la huerta,…
Probablemente esa fue la semilla de lo que con el paso del tiempo me llevó a estudiar la carrera de Ingeniero Técnico Agrícola, a tener una explotación apícola y que por cierto empecé en una finca que él me dejó, a crear la primera S.A.T. apícola de Cantabria y a la afición que en definitiva tengo por el mundo rural tradicional y que manifiesto en este blog.
A la memoria me vienen muchos recuerdos y vivencias, como cuando me dejaba montar en la burra, arrear a las vacas en el carro, cuando merendábamos el chorizo y el jamón,… y más recientemente la “rivalidad” que teníamos por ver quién tenía mejor miel de los dos y qué colmenas eran mejores.
Se puede decir que nos ha abandonado uno de los pocos protagonistas que quedaban en Campoo de aquella vida rural tradicional.
Siempre te tendré en mi recuerdo.
Probablemente esa fue la semilla de lo que con el paso del tiempo me llevó a estudiar la carrera de Ingeniero Técnico Agrícola, a tener una explotación apícola y que por cierto empecé en una finca que él me dejó, a crear la primera S.A.T. apícola de Cantabria y a la afición que en definitiva tengo por el mundo rural tradicional y que manifiesto en este blog.
A la memoria me vienen muchos recuerdos y vivencias, como cuando me dejaba montar en la burra, arrear a las vacas en el carro, cuando merendábamos el chorizo y el jamón,… y más recientemente la “rivalidad” que teníamos por ver quién tenía mejor miel de los dos y qué colmenas eran mejores.
Se puede decir que nos ha abandonado uno de los pocos protagonistas que quedaban en Campoo de aquella vida rural tradicional.
Siempre te tendré en mi recuerdo.
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