29 ene 2010

MUSEO DE LAS AMAS DE CRIA. SELAYA

Cantabria tiene varios museos “etnográficos” repartidos por toda su geografía y cada cual más interesante.
Aparte del contenido del museo también es muy importante la persona responsable del mismo, ya que con sus explicaciones podemos aprender muchas cosas de como vivían nuestros antepasados.

Como ya he visto muchos de ellos, voy a empezar una serie de artículos hablando sobre estos museos, con la intención de que los conozcáis y os animéis a visitarlos.

Los museos etnográficos son una buena alternativa para pasar un buen día, ya que podemos complementar su visita con una vuelta por la comarca donde se ubiquen y poder disfrutar también de la naturaleza, del patrimonio arquitectónico y por supuesto de la gastronomía en los buenos restaurantes que nos podemos encontrar por el camino.

Voy a comenzar con el último que he visitado:



Junto al Santuario Virgen de Valvanuz en Selaya, nos encontramos con un curioso y sorprendente museo ubicado en la Casa de la Beata, dedicado a las “Amas de Cría”.
Horario de visitas (2009):
Viernes, sábado y domingo de 11.00h a 14.00h y de 16.30h a 19.30h. En agosto y septiembre suele ampliarse este horario de martes a domingo. Pero no está abierto durante todo el año (cierra algunos meses de invierno), por lo que mejor es llamar a estos teléfonos: 942590216 ó 685507452
La visita es gratuita.

Este museo nos introduce en el mundo de esas mujeres que emigraron fuera de Cantabria para dedicarse a criar a niños que no eran los suyos.
Está compuesto por una colección de más de 300 fotografías de amas de cría pasiegas, que aparecen retratadas en la mayoría de los casos, junto a los afortunados niños que alimentaron. Abarca desde los años 1867 a 1944, conformando un importante legado histórico y sentimental.
Se complementa con una serie de paneles que nos informan sobre algunas de las principales características de las Amas de Cría, como las seleccionaban para ir a la Corte, la lactancia materna, curiosidades..., además alberga reproducciones de los trajes más característicos que lucían, junto con pendientes, collares, alfileres,....
La persona encargada del mismo es muy amable y se presta gustosa a explicar y comentar cualquier duda que uno tenga.

Sepamos un poco más de estas mujeres:

En la historia de los pasiegos hay que hacer una mención especial a las Amas de Cría, aquellas mujeres que tuvieron que abandonar sus hogares y familias, arrastradas por la mísera situación en que a veces vivían. Estas mujeres sin más recurso que el haber sido madres recientemente, tuvieron que marcharse a criar hijos de otros, debido a que tenían, por sus condiciones físicas y gran robustez, especiales dotes para la crianza, ejerciendo una actividad que las dieron gran fama por toda España durante buena parte de los siglos XVIII y XIX.Este modo de crianza llegó a adquirir tanta importancia que la Real Academia de la Lengua Española, acuñó el término hermano de leche para distinguir entre los niños amamantados por las amas y sus propios hijos.
En ciertas ocasiones, cuando la pasiega, tras su labor como nodriza se quedaba en la mansión como aña o ama seca de confianza, solía ahorrar para poder reunir a su familia, y montar una vaquería con la que continuar su anterior modo de vida. También se conocen casos en los que la añoranza venció a estas mujeres y las hizo regresar anticipadamente a sus hogares.Las amas de cría de Cantabria adquirieron gran fama, muchas fueron requeridas por la Casa Real para criar a los infantes. La elección no era fácil, dos médicos de Palacio recorrían la zona examinando a las candidatas, que eran muchas ya que la crianza de un príncipe suponía la fortuna de toda la familia. Los médicos elegían entre dos o tres candidatas que tenían que cumplir una serie de requisitos, en el caso de la elección de ama de cría para el futuro rey Alfonso XIII exigieron: no ser menores de 19 ni mayores de 26 años, complexión robusta y buena conducta moral, estar criando el segundo o tercer hijo, leche de 90 días máximo, no haber criado hijos ajenos, estar vacunada, ni ella ni su marido ni familiares de ambos habrán padecido enfermedades de piel, preferente que la ocupación del marido sea la del cultivo del campo.Con las candidatas seleccionadas se dirigían los médicos a Palacio donde eran presentadas a los monarcas que elegían finalmente a la más adecuada.
Cada vez que visito un museo etnográfico me admiro de lo que trabajaban nuestros antepasados y de lo que tenían que hacer para sobrevivir.

¡Va por ellos!

No hay comentarios: